13 de junio 2024
Japón ha emitido una alerta tras el aumento significativo de infecciones por estreptococo pyogenes, también conocido como “bacteria carnívora”. Según el Ministerio de Sanidad japonés, se han registrado 977 casos y 77 muertes atribuidas a esta bacteria en lo que va del año, superando el récord anterior de 941 casos en 2023, según el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas.
La bacteria, que puede ser mortal en hasta un 30% de los casos, provoca síntomas como fiebre, dolor muscular y vómitos, y puede llevar a un fallo multiorgánico afectando la presión arterial. A diferencia del COVID-19, el estreptococo pyogenes es una bacteria conocida desde hace años y se contagia a través de contactos estrechos por vía respiratoria, oral o por inoculación directa.
El epidemiólogo Pablo Javier Álvarez Soler indicó que, aunque preocupante, la situación está controlada, ya que el estreptococo pyogenes puede ser tratado eficazmente con antibióticos como la penicilina y la amoxicilina, con una tasa de resistencia menor al 5% en España.
Las autoridades japonesas han señalado que los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados, deben tener especial precaución. En particular, los niños pueden sufrir complicaciones graves, como deterioro renal o infección sistémica.
El estreptococo pyogenes, también conocido como estreptococo del grupo A, es una bacteria grampositiva responsable de diversas infecciones en humanos, desde faringitis estreptocócica y escarlatina hasta infecciones cutáneas como el impétigo. Aunque estas infecciones suelen ser tratables, la bacteria puede provocar complicaciones severas si no se maneja adecuadamente.
Una de las formas más graves de infección es la fascitis necrotizante, que destruye rápidamente los tejidos blandos y puede ser fatal si no se trata de inmediato. Otra complicación severa es el síndrome de shock tóxico estreptocócico, que puede llevar a un fallo multiorgánico y muerte.
El estreptococo pyogenes se transmite principalmente a través del contacto directo con secreciones respiratorias o lesiones en la piel de personas infectadas. Las medidas de higiene, como el lavado de manos y el manejo adecuado de heridas, son esenciales para prevenir la propagación de esta bacteria.
Afortunadamente, el estreptococo pyogenes responde bien a tratamientos antibióticos, pero la rapidez en el diagnóstico y tratamiento es crucial para evitar complicaciones graves y reducir el riesgo de mortalidad. Las autoridades japonesas continúan monitoreando la situación de cerca para evitar que la situación se convierta en una nueva pandemia.
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